Advertencia

Fuego. Explosión de fuego. Destrucción expresada en incendios. Términos de fuego interno. El cataclismo de la crematoria de cuerpos es fuego. La ciudad en llamas es fuego. La fogata extendida es fuego. El infierno está frío. Aquí está el fuego: Llamaradas de atención al cielo que se nubla; como indios con señales de humo; como dioses clamando más dioses.
Fuego. Nada más que fuego. Fuego externo: mírate dentro. Implosión de FUEGO.

sigues siendo imprescindible en las transformaciones que suceden en la galaxia entera.

Ardamos

miércoles, 11 de agosto de 2010

Tratado sobre mi experiencia directa

GUM

Todavía no sé de qué va a ir este texto, y verdaderamente, ni me inmuto, no quiero, me da igual. Pero no quiero hacerme expectativas, joder; y ya me vale. Siempre acabo igual, en cualquier lugar sucede lo que a todos nos sucede incluso sabiendo que sucede: Esperar. Esperar. Esperar. ¿Cuánto? no sé, esperar. ¿ Pero más o menos?...
¡Basta!( tengo que explicar, a modo de inciso, que las declaraciones como esta última, sólo adquieren esa intensidad indefinida en el tiempo cuando de repente, sin previsión que anticipe el fenómeno, ni saber en qué momento aparecerá( otra vez la puta espera), retumba esa misma palabra como dicha por otro ser en tu cabeza; con la mirada buscas al responsable; no está en el cuarto, no.)
¡BASTA ENERGÚMENOS DEL RELOJ Y LA IMPACIENCIA!. Yo también he sido uno de ellos hasta que no me he comido, por absurdo que parezca ahora, un melocotón que encima no me quería comer porque ya mi madre me estaba instigando. Hasta aquí la reflexión de paja, la futilidad escrita en persona, la crítica insustancial y a veces aparentemente inargumentada. Desde aquí, la historia:


"Espero. Pienso. He oído de boca de mi madre que cene algo. Pienso. Contesto cortésmente algo que por automático no recuerdo( llevamos así unos cuantos años). Ella insiste. Pienso. Contesto de nuevo, de la misma manera. Pienso que ella piensa que yo insisto. Porfía y resuena en mi cabeza la palabra "Melocotón" de la frase " Cómete aunque sea un Melocotón". No pienso más y voy a por ella; a la caza del melocotón inconsciente. Y nada más dar el primer muerdo, lo agradezco... ¡No tan rápido vaquero melocotonero! alguna alarma salta. ¿ Será de la calle? ¿Un coche?.¡No!: es tu cabeza que se ha percatado de que al melocotón le pasa algo, y sabes que cuando algo le pasa, seguramente, y encima por ser tú, es algo grande grande, jugoso jugoso, repugnante... " Mierda", piensas."Mierda", musitas en alto. La textura. Es decir, la textura blandengue de un seguro y perspicaz... Me resisto a pensar cosas raras que no vienen al caso. Me voy al cuarto y me siento en la silla de todos los días frente al ordenador de todos los días y de todas las horas. Doy otro muerdo, más grande, pero no tan efectivo... La textura continua. Esa estructura que no te deja pensar en otra cosa que en esa textura anormal. Algo turba tu monotonía. ¡Bien! Algo nuevo, puedo seguir comiendo. Abro un blog de una chica. "¡Buao!", pienso después de leer una historia increíble en la que une el principio del relato con el final. Alegre, otro muerdo.

[...]

¡BASTA! ¿Qué coño le pasa a este melocotón?. En realidad lo sé, pero no quiero reconocerlo. Sólo espero como un tonto, y solo, cuando maldita sea aparecerá ese blasfemo y usurpador de melocotones llamado comúnmente como "Gusano Usurpador de Melocotones". O sea: "GUM". "Me cago en toda su especie y estirpe si tiene, acaso" pienso. Espero. Respiro. Se me antoja pensar en ese GUM. Se me avecina un extraño movimiento involuntario. Una arcada. Una arcada de la arcada. No quiero que llegue pero a la vez parece que quiero verlo. No quiero morderlo pero me imagino cómo sería masticarlo. No quiero, pero no sé, espero. Borrón y mente nueva. Otro mordisco decidido. Llego a la pipa. Pipón, de hecho. Poco adherente al albumen, a la carne, que si te fijas, tiene como unos poros perceptibles por el ojo humano, por el cual surge... ¡No! ¡No! Me muero. Desfallezco mil veces dividido por cero. Eso de ahí es un jodido... es un jodido... Me ruborizo. Además, solo. Yo conmigo. Es una hebra, claro, de la carne. Hago el gesto de limpiarme el sudor de la frente. Sí, hay sudor. No, no hay GUM. ¿ No hay GUM? ¿ Estás completamente confiado? ¿ Has mirado bien por todo el melocotón?.Espero. Respiro hondamente y parece que hago yoga o meditación anapanasati. Me tranquilizo y permanezco inmutable ante la labor. Soy Estoico con estas cosas.  Nada me da miedo. Únicamente los GUM. Y no hay GUM, así que no hay miedo. Puedo dar rienda suelta a la imaginación y nunca habrá GUMs. "Yeah" razono mientras hago muecas de éxito con el rostro. Muerdo. Muerdo. Muerdo. Muerdo.¡Oh!...

[...]
Boquiabierto( el melocotón triturado a medias por cierto repelús que creíamos todos haber omitido asoma por la boca).
[.............]
La pepita parece poder abrirse. Se puede abrir. Pienso en lo tonto que he sido en comer el melocotón. Pienso mucho en poco tiempo. Un lapso imperceptible para nadie, porque estoy solo. Trago saliva. Es decir: Todo el melocotón triturado. Joder. Arcada. Arcada de la arcada. Ya solo queda confirmarlo. Hay que ser valiente. ¿ La incertidumbre sirve en estos momentos? ¡No! llevas una eternidad que son minutos cavilando sobre la posibilidad posible de que sí que haya un GUM, y ahora no te vas a echar atrás, porque todo habría sido en vano, toda esta tribulación, todo este embrollo que no deja a nadie impertérrito, sino que te hace comer con asco, desgana, y encima midiendo el tiempo que falta para que lo encuentres, satisfecho( el GUM), casi atiborrado. Tienes que matarlo, por lo menos. Es un "¿Tú o yo? ¿tú o yo?"; es un inútil combate que después tienes que alzarlo como una victoria sin precedentes; es una sed húmeda de venganza contra el mayor enemigo del GUM más importante: Gusano Usurpador de Manzanas. Sabes que lo haces por él, por su renombre, por su vuelta al trono de Gusano Rey. Sí, ya hay una razón para no pasar por tonto. ¡NO!. Te ríes mefistofélicamente con la pepita en la mano, que nunca en ningún momento ha esperado tanto como tú lo has estado haciendo y:
Lo abres y:
[una luz de un foco de tu mesa ilumina de súbito( no te habías dado cuenta) la pepita abierta. Hay algo blanco]
Es...
Es...
Es una semillita...
[El foco titila durante un rato. Luego te das cuenta de que son tus ojos parpadear muy rápido. Algo tratas de contener.]"

1 comentario:

Javier López-Gomis dijo...

Wauhhhhh!! Qué gran sorpresa encontrarse con este blog joder, aunque sea mínimamente uno de los partícipes. Sorprendente. Es de los relatos que me gustan, que me encantan, nacido de un relativo detalle, de un algo tan real como de un nada soñoliento. Me gusta mucho, y lo bueno es que no sé un por qué específico. Olé olé (de nuevo).