Advertencia

Fuego. Explosión de fuego. Destrucción expresada en incendios. Términos de fuego interno. El cataclismo de la crematoria de cuerpos es fuego. La ciudad en llamas es fuego. La fogata extendida es fuego. El infierno está frío. Aquí está el fuego: Llamaradas de atención al cielo que se nubla; como indios con señales de humo; como dioses clamando más dioses.
Fuego. Nada más que fuego. Fuego externo: mírate dentro. Implosión de FUEGO.

sigues siendo imprescindible en las transformaciones que suceden en la galaxia entera.

Ardamos

domingo, 18 de julio de 2010

Un verano impetuoso

Decían que Van Gogh se trasladaba con todo su aparejo de instrumentos para pintar a la playa cuando arreciaba el océano y el cielo; en esa tempestad plasmaba con colores los cuadros más bonitos. Dicen que sus obras vienen con regalos del mundo como la arena que había sido arrastrada por el viento, la corrosión del agua de la lluvia que desdibujaba los perfectos lienzos, haciéndolos más perfectos, y estoy seguro, que también se ayudó de algún certero rayo roto en chispas en su alrededor, cuadro o cabeza.
No creo haber seguido con total fidelidad su ejemplo, aquí estoy todavía buscando nuevos horizontes, pero traté de representar la sensación que pudo tener él en medio de ese gran estallido de silencio que sucede después de cada trueno...
( Trabajando de socorrista, una tarde estival, os prometo, presencié la mano que mece el mundo a su suerte desde mi silla, imperiosa, torpe a voluntad, inmensa y preciosa y terrorífica, ella y su nube negra que la sigue como a una locomotora de carbón mostrando su seno que empapa la extensión de la Tierra; y me puse a escribir este mísero fragmento del diablo, a través de él, pero con la comparación de verse representado la fuerza del movimiento en lo micro y en lo macroscópico. O por lo menos, eso he intentado):



La correcta eleccion


Corriendo bajo el diluvio, sentí como el cielo se me caía encima. Sucesivos látigos eléctricos contactaban con una tierra llorada y húmeda, y como la dinamita, agujereaban la superficie de los campos de trigo, valientes palos caídos. Ya no eran gotas lo que descendía de las nubes con furia, ya no eran ruidosos truenos los que iluminaban el camino a expensas de un sosegado Sol de mañana, ya no eran vientos, desbocados vientos los que hacían bailar a los árboles del hormigueo, ya nada era nada, solo miedo.

Entre el centro de la Tierra y Dios me topaba, apretado, despavorido, casi sin aliento, mientras el lugar a mi alrededor, que estaba siendo devastado, resollaba conmigo.

Una cueva en las distancia se alejaba más y más, huyendo de mi presencia y, aún los rayos destruían y, aún mis gemidos no se oían, no se oían…Un profundo negro se escondía en la guarida, pero al llegar a la entrada de lo que podría haber sido mi rincón de seguridad durante este infierno, vi cómo el Diablo ya estaba dentro.

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El ruido de la tormenta ensordece, ahora, mis oídos; con el tacto no siento más que agua; mi voz es mandada callar por cada trueno, y mis ojos, fuera ya de mi, observan inamovibles, acaso del temor y del desazón, el fijo cruce de una mirada limpia de esperanza, la mía, y una… llena de hambre.

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Y mientras un harto eléctrico suscitó un estruendo, parecido al del vacío, la criatura saltó feroz e impulsiva. En el aire, me ha sonreído.


अमडोस हेर्मनोस मिओस, ओस क़ुइएरो मोस्त्रार मिस अदेंत्रोस सिं हेरिरोस, सिं दनिअरोस, सोलो त्रंतान्दो दे दरोस अमोर. 

1 comentario:

Javier López-Gomis dijo...

Waaauuh Manny, encogedora escena nos has pintado aquí, gracias por trasladarnos bajo la tormenta con el calor que estos días hace, aunque haya algún diablo y miedo aterrador. Yo aún no me he topado con ninguna tormenta de estas en el curro, pero lo espero.

Amo la Médula.