Advertencia

Fuego. Explosión de fuego. Destrucción expresada en incendios. Términos de fuego interno. El cataclismo de la crematoria de cuerpos es fuego. La ciudad en llamas es fuego. La fogata extendida es fuego. El infierno está frío. Aquí está el fuego: Llamaradas de atención al cielo que se nubla; como indios con señales de humo; como dioses clamando más dioses.
Fuego. Nada más que fuego. Fuego externo: mírate dentro. Implosión de FUEGO.

sigues siendo imprescindible en las transformaciones que suceden en la galaxia entera.

Ardamos

jueves, 30 de diciembre de 2010

Palabras que a uno le surgen de la boca y transmite en un papel electrónico pero que no atribuye a nada ni a nadie en especial

La mayor dicha que encuentra el dichoso, es así mismo.
Cuándo uno realiza el camino del reencuentro, cuándo uno da una vuelta de 360º para verse otra vez, cuándo uno ya no es uno: el objeto de búsqueda y el sujeto que ansía buscar, se disuelven en un mismo objeto, o en un mismo sujeto; da igual que palabras utilicemos.

Probad a mirarse en el espejo y preguntaros porque os estáis mirando.

¿Alguien miraría en un escondite para buscar a alguien que ya ha sido pillado?
¿Alguien buscaría en su cuarto el libro perdido que ya fue encontrado?

Mirarse en el espejo es seguir buscando, seguir buscando puede significar no haber acabado el juego del pilla pilla, es una acción incompleta, es una acción que seguirá hasta darse cuenta de que el mirado ya ha sido descubierto, es una acción ilusoria, como un juego, pero es real porque sucede.

Me miro en el espejo, veo algo que relaciono conmigo, creo ser él, ahora soy él, él soy yo también, pero nunca me pongo en su piel. Somos así hasta enfrente del espejo: nos cuesta apreciar la totalidad de las cosas, y a veces no nos entendemos ni con nosotros mismos. Ya oísteis aquello de que cada uno es el espejo de uno mismo; comprenderles sería comprendernos: Dios, a propósito de la entrada anterior, se nos aparece en ese diminuto/gigante instante que surge de la separación entre la multiplicidad de las cosas.

Sin Dios.




Un artículo la monda de interesante.
http://revistas.um.es/index.php/daimon/article/view/20991/20301

Una página la monda de interesante.
http://www.sindioses.org/principal.html

jueves, 23 de diciembre de 2010

domingo, 19 de diciembre de 2010

Crear-raerC

Hermanos, quiero comentaros algo que para mí es importante; me gustaría estar con todos vosotros para ser más directo; esto está perfecto para lo que en realidad sirve, el internet, dentro del mundo de la información, es una mensaje informatizado más que saco a la luz que nos entra a todos por la pupila. No quiero alargarme porque como siempre digo, sólo son palabras. Lo importante es la reacción que hay en vuestro ser: ahí es donde es qué que es donde es cuándo; ahí es lo único que hay, y es, así, todo lo que es.

Lo que viene es la información.


(pinchen)

Nos queremos.

[Al final del blog del enlace, encontraréis un vídeo que nadie debería desdeñar... ¿ o si?]

lunes, 22 de noviembre de 2010

Fábula salvadora

 Miro un árbol cuando paso por una calle, transitada de humos (del de mi boca a veces), transitada de pies asesinos. Miro el árbol. No es uno. Es el árbol; el que queda dentro de ese ajetreo centelleante y grisáceo. Mis pies también llevan cuchillos en la punta del zapato y en las suelas, veneno imperial de la historia entera. Camino y camino por el asfalto, al que ya nada le preocupan nuestros pies, ya que si se desgasta volverán otras decisiones humanas para poner otra capa de sangre negra, que es parecida a la que tengo en los pulmones. Mientras, el resquicio del árbol que sigo viendo me acuchilla la conciencia. Sé que puedo echarle un cable de oxígeno para que sus ramas no se pudran más. Un cable de oxígeno que no se mantenga tan solo y encerrado en la cárcel de un parque de Madrid. ¿Cómo? Es como intentar jugar a la comba en una habitación de no más de medio metro de altura.
Sigo caminando y veo a Eva. Eva me pide un beso con la mirada justo después de que yo se lo pida con la mía. Eva saborea mi boca cenicienta y me pregunta que por qué no dejo de fumar y en lugar de eso, me como una manzana.  

sábado, 20 de noviembre de 2010

Ausencia






















A veces creo que no soy
más que una ausencia...

Me siento aquí, sobre un sofá,
o sobre la nube que imagino,
o sobre los pies y las piernas
mientras camino y
me pregunto
si tú, o tú, o tú
sabrás si estoy o no,
si estoy como podrías estar


solo, con la sola soledad
de estar vacío
de estar
sabiendo y saboreando
el hecho de que soy, de que soy
el amigo que ya he perdido
/de que soy
el niño que fui
/pero que soy
todo...todo cuanto ya no ves/ todo
cuanto se ríe el espejo
al ver
al pequeño que corretea por la pasión vivaz
luchando por no ser
la ausencia que ahora
miras,

pronunciando una palabra
o cien
que se van cuando dejas de
pensar que ya
-aunque siga aquí-
me he ido.

Me he ido
de la mano del pasado y de la del
frío que hay en casa,
me he ido
en busca de la misma
búsqueda,
la de mí,
la de ti, la del mundo entero
/es algo parecido/

Pero la lucha es inútil,
me postraré en tu recuerdo
como una foto /moldeable y frágil/
mañana llegará
mi rostro a ti,
se irá para jamás volver
hasta que vuelva
al sitio
en el que jamás he estado
pero del que nunca
me he ido,
y cuando agarre de
nuevo el cigarro
/de nuevo
me fundiré con el
humo
para llegar a ti de alguna forma.
Seré humo
y te propondré posturas
jamás vistas
y harás
que me quede muy dormido

y así, sobre la cuna
del sucio cenicero
vivirá la magia de un zagal
que vino para
ser fuego presente
pero que sólo,
y solo está ausente,
helado
de tu calor
como una estatua mirando caer
la nieve sobre la calle ajena y vacía
/y vacío
vacío como el vacío
de tus ojos
cuando me miras y me miras
sin ver cómo ni
quién ha esculpido
mis ayeres que ahora
-sólo ahora-
coinciden con tu mañana;

y sobre el baño de miel
que entrará por tu ventana
mientras tus ojos se apartan
la persiana
dirás lo que te digo
sin saber
que durante algún segundo
he estado aquí,
contigo.

Y aunque ahora la timidez
haya dejado de
partir mi lengua para convertirla en
mudo sigilo
/me pregunto
si mi voz o
si las letras que me escribo
son más niebla entre la niebla
o una mano que recorre el braille
que imagino
sobre la pared de tu alma...

aahh...
Puedes levantarme,
puedes levantarte,
pasear con mis palabras y también
puedes acercarte, y acariciar con lentitud
con tu mano de seda
o con tu mano lija
alguno de mis párpados y descubrir
que las ausencias
/aún con ojos abiertos pero inadvertidos/
también tienen algún sueño:
que veas los ojos
con los veo lo que miro.